
VEINTIDÓS AQUEOS GUIADOS POR SU WÁNAX INVADEN EL 22@
Cuatro siglos antes que el propio Homero, Menelao, que había recibido el título de wánax -rey de reyes- tras la muerte de su hermano Agamenón, colmó su sed en el río de la inmortalidad.
Después de atravesar los más crudos desiertos, más allá de la linde occidental de Egipto y de la capital de los Garamantes, el wánax y sus veintidós guerreros llegaron a este río que es en realidad un arroyo impuro y que Borges situó al pie de la Ciudad de los Inmortales.
Aunque Marco Flaminio Rufo, el tribuno romano que conversó y viajó con Homero no supo nada de Menelao ni de sus guerreros aqueos -y de ahí que Borges no los mencionara-, lo cierto es que éstos vivieron junto al famoso bardo, trogloditas e inmortales como él, y que cuando el poeta viajó hacia Tánger, los aqueos permanecieron postrados durante siglos frente a la horrible Ciudad y no despertaron de su prolongado letargo hasta hace unas pocas décadas. Poco después recobraron su ardor guerrero y ahí los tenemos hoy, a las puertas del 22 @, listos para invadir este emblemático y muy dinámico distrito barcelonés.